Alguien dijo «no hay nada más peligroso que un tonto motivado». Dale un libro de Simone Ortega y que abra un restaurante, diría yo. Pero ¿Qué pasaría si ese libro lo revisase algún cocinero con buena mano en las cazuelas? Continue reading
Alguien dijo «no hay nada más peligroso que un tonto motivado». Dale un libro de Simone Ortega y que abra un restaurante, diría yo. Pero ¿Qué pasaría si ese libro lo revisase algún cocinero con buena mano en las cazuelas? Continue reading