El duelo y la aceptación

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¿Para que sirven las quejas?
Los últimos años, de mi boca salían más quejas que gratitud, y la verdad es que fueron años muy duros, en los que incluso me planteé tirar la toalla. Menos mal que un día cambié, empecé a sonreir más, y creo que empezó todo a irme un poquito mejor, o al menos yo me siento mejor. Respecto a UNIPRO no es que vaya como un tiro, pero da para pagar a los proveedores, e incluso cumpliendo con uno de los objetivos del 2012, Toni E. ya trabaja a jornada completa. No puedo pedir más, además, proyectos, iniciativas y ganas no me faltan, así que el 2013 será al menos entretenido.
¿Tendrá algo que ver mi cambio de actitud? Sinceramente creo que ha influido y mucho, solo hay que echar un vistazo al 2012 para darse cuenta que la coyuntura no ayudaba.
La crisis se cebaba con todos los pequeños negocios, nos incrementaban los impuestos, la materia prima se encarecía cada vez más, las ventas caían en picado, y todo el mundo al ver como disminuía nuestro nivel de vida, echábamos balones fuera, culpábamos al resto de nuestros males. Es verdad que la desconfianza en nuestros políticos se hacía cada vez más patente, ni siquiera nos sentimos respaldados con el sistema judicial que parece estar al servicio de unos pocos, pero eso son agentes externos que no podíamos ni podemos controlar. Sin embargo había algo que si estaba en mis manos y que nadie me podía quitar: sonreir. Era mi arma contra el desánimo, mi defensa ante cualquier ataque, se puede desmontar a cualquiera con una sonrisa sincera. Entre las sonrisas y la gente que sigue a mi lado, tuve las fuerzas suficientes para seguir adelante.
Todo esto me lleva a reflexionar sobre este tema.
Han sido muchos años en los que creo que hemos aprendido a valorar lo que tenemos, a administrar correctamente nuestros ingresos, a huir de lo superfluo. No es que de la noche a la mañana se haya terminado esta situación, sino más bien creo que estamos en ese punto que los psicologos llaman «duelo». Es decir, es como si nuestra vida anterior hubiese muerto. Y después del duelo lo que hay que hacer es aceptar dicha pérdida. En ese momento empezaremos a tomar verdadera conciencia de nuestra situación, para a partir de ahí trabajar con un objetivo: «vivir».
Creo que en cierto modo es bueno que nuestra vida tenga altibajos, es importante perder privilegios para luego ganarlos. Porque cuando los tenemos no los valoramos, y cuando los perdemos nos esforzamos por conseguirlos.
Yo estoy en fase vivir ¿y tu?
 
 
 
Nacho Lurbe

UNIPRO ON THE ROAD

4 Comments

  1. Nacho, me ha encantado tu reflexión, si te sirve de algo, te voy a decir dos cosas, la primera es algo que me dijo un día un buen amigo y que lo aplico cuando hay algo que me empieza a agobiar y la segunda es mia, la primera es: «Las cosas que nos suceden en la vida pueden ser molestas, pero terribles las hacemos nosotros» y la segunda es mia y la puse un día en mi muro: Si crees en lo que haces, no habrá obstáculo que te detenga. Yo creo en lo que estoy haciendo, así que el que tenga cocos que se ponga delante que me lo como sin aliñar. He dicho !!! jejeje….ánimo amigo que cuando las cosas se hacen con el corazón, el resultado es el que esperábamos y el mejor. Un besazo.

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    • Muchas gracias por tu aportación Carmen. Yo creo que una actitud positiva ante la vida es fundamental, los problemas seguirán viniendo, pero eso te hace verlos de otra manera y te refuerza para hacerles frente. Lo único malo es que para ser resiliente hay que sufrir primero. Citando a Nietsze “Lo que no me mata me hace más fuerte”

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