Gastronomía Solidaria Novaterra

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Ayer se celebró la tan esperada gala de la gastronomía solidaria de Novaterra con tal éxito de asistencia que desbordó las previsiones (Aquí podéis ver el video). Un día después, es momento de reflexionar acerca de lo que debería ser importante.

Hoy veremos en las redes infinidad de fotos donde salimos todos tan mega guapos y tan estupendos pasando una gran noche junto a gente que apreciamos, lo que casi no se verá son los chicos y chicas de la fundación que, sin perder la sonrisa, trabajaron para que todo saliese genial. Ellos deberían ser los verdaderos protagonistas, nosotros no, aunque hayamos puesto nuestro granito de arena. Ellos tendrían que salir más en las fotos incluso más que los organizadores sin que desmerezca su gran trabajo. Yo entono el mea culpa ya que no se me ocurrió ni siquiera fotografiarles para darles ese protagonismo que reclamo con estas palabras y creo que todos los que acudimos al evento deberíamos cuestionarnos este asunto.

Hubo una palabra que escuché bastantes veces: gracias. Una palabra que brotaba de las bocas de aquellos que se dedican en cuerpo y alma a darle sentido a la palabra dignidad, los que ayudan a tenerla proporcionándoles herramientas para ello y los que la descubren en el día a día cuando pensaban que no volverían a abrazarla. Una gratitud que debe ser correspondida no solo con nuestra cuota de visibilidad en las redes sociales del tipo «yo estuve allí» sino con un compromiso firme y serio de contribución a este proyecto el resto del año.

Que si, que estaba todo riquísimo, que todos los que aportaron algo lo hicieron genial, que gracias a ellos la gala fue un éxito pero no debemos olvidar que aquí no solo se trabaja ese día, necesitan nuestro apoyo para continuar. Es en momentos como estos donde los egos deben quedarse en la puerta, muchos lo entendieron.

La mayoría, entre los que me incluyo, vemos ese mundo como algo ajeno, nos escudamos muchas veces en el «yo he trabajado duro para no caer ahí», «las oportunidades se buscan», o frases de ese estilo, sin reconocer que somos afortunados por haber caído en familias donde había más o menos recursos para crear esas oportunidades que tanto nos hinchan el pecho, y no pensamos que cualquier día, por extraño que parezca, podríamos ser nosotros los que estamos en esa situación.

A nivel personal, puedo decir que a mi me dan mucho más de lo que entrego en Novaterra, que reafirmo mi compromiso con la fundación y que espero poder dedicarles más tiempo este año.

Mientras tanto, no estaría de más que mucha gente entienda que la cuota de responsabilidad social de una empresa se gana, no se compra.

Dicho esto ya estoy preparado para ver todos los selfies de la gala.

Nacho Lurbe
UNIPROONTHEROAD

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