Gente sin vida 2

Share
Pensando en la comida del magnate no he podido evitar sonreír al imaginarme ese pollo de bres viajando en primera para que le hagan un análisis. La azafata le preguntaría si quiere tomar algo y claro, ¿que va a contestar el pollo?, pues que si, pero algo que no sea dopante , que él es un pollo de primera que tiene que ser cocinado para un seňor muy importante y tiene que estar a la altura. Luego, el seňor  probablemente sólo se comerá las pechuguitas y desechará el resto. Con un poco de suerte podrán llamar a Pepe de MASTERCHEF para que le reanimen.
O las langostas intentando pellizcar con sus tenazas al vecino de asiento. Porque ellas en lugar de llevar gomas en sus extremidades, llevan pulseras de cartier. La aristocracia también llega a la mar.
Y el buey tan aficionado a los masajes y la cerveza, tendría que colocarse en un rincón ya que con tanto asiento no cabría en el avión. Pobre buey, todo el viaje ahogando sus penas en cerveza pensando en su triste final. «¿Seré sacrificado para que el seňor sólo se coma un filete?, ¿cómo podría engaňarle? Que me detecten algo en Suiza y me quedo allí a vivir por no apto para consumo»
Las gambas en cambio estarían resignadas, ¿o acabar en el plato del magnate o en un restaurante de diseňo empaladas como una brocheta. ¿Que más da?
Las pulardas se encargarán de enseñar al pasaje cómo han de ponerse el chaleco y la mascarilla antigas al tiempo que señalan con sus alas la puerta de emergencia, para que llegado el caso todo el mundo pueda salvarse en caso de accidente, aunque a ellas lo que más les preocupe sea una simple cazuela.
En fin que ya estamos llegando a tierra y el iluminado magnate ha cambiado de menú, así que todos estos animalitos de primera a vivir un poquito más.

Nacho Lurbe
UNIPROONTHEROAD

1 comentario

Leave a Comment.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.