Si de algo sirve estar de vacaciones es que puedes mirar con otros ojos todo lo que ocurre delante tuyo. Puedes ver qué la vida sigue su propio ritmo aunque se nos muestre de un modo más cauteloso y preventivo ante una amenaza volátil, ayer en forma de gotículas que quedan suspendidas en el aire, hoy en los aerosoles que usamos a diario y mañana quizá en las flatulencias de las vacas. Sin embargo, todo sigue. Más lento, con más problemas para algunos, con menos ganas para otros, pero la vida avanza.
Quién sabe si todo lo que estamos pasando es fruto del estrabismo sistémico al que nos hemos abonado. La mirada hacia otro lado nos hace más vulnerables a largo plazo, nos debilita tanto como la ignorancia arrogante del que se cree conocedor de todas las soluciones y las divulga con descaro en barras de bares y colas de supermercados. La reflexión es una virtud que no les tocó porque no jugaron ese número, la comprensión les esquivó en esa rotonda de la que no acaban de salir.
Y en esas estamos, desinformándonos a base de titulares, en un juicio permanente hacia lo ajeno y dejando escapar oportunidades que nos reafirmen en la necesidad de ser y estar.
Mientras tanto, en una pizzería de cierta localidad turística, Chema trata de atender 15 mesas de las 20 que tiene el local. Está solo para atender a cerca de 40 personas, al terminal móvil con el que pasa las comandas al único cocinero que le acompaña en este turno, a los pedidos telefónicos, a las recogidas, a los que quieren reservar para el días siguiente, al que le reclama la cerveza que le ha pedido dos veces («es la segunda vez que te la pido» le dicen). Él corre y atiende, monta y desmonta mesas a la vez que mira de reojo al que levanta el dedo para pedir los postres. La mascarilla le molesta pero no oculta la sonrisa que regala a todos los comensales.
Nos levantamos, me acerco a felicitarle por el buen trabajo que ha hecho. «Hacemos lo que podemos» me responde.
Brindo por los Chemas que entregan sus agostos a la noble causa de la promoción turística. Gracias a ellos somos una potencia en turismo y lo seguiremos siendo.
Fuera y dentro del restaurante la vida sigue.

Nacho Lurbe
#ontheroad