Foodtruñismo ilustrado

Share

En este país que vivimos siempre acabamos destrozando todo lo que importamos. Con los food truck no íbamos a ser menos. Que hay gente con iniciativa dispuesta a labrarse un futuro con ruedas con la libertad por bandera, pongámosles trabas; que alguien decide enrolarse en una aventura empresarial lejos de la oscuridad de algunas cocinas, hagamos que se aburra con la burocracia municipal. El caso es joder siempre y cuando el que emprende no tenga amiguetes en la administración local de turno.
Seguramente habrá una oleada de restaurantes con su furgoneta a modo de valor refugio para financiar el negocio principal (recordemos que España es de los países donde la alta cocina es más asequible y accesible, no quiero decir barata, lo que la hace poco rentable); y otros que lo tendrán como negocio principal y como forma de vida. Dentro de estos dos grupos, tarde o temprano se irán colando gente sin escrúpulos que únicamente verán los foodtrucks como una manera de hacer caja, atendiendo solamente a valores de rentabilidad.
Creo que algunos ya están haciendo un máster con alguna de las churrerías que inundan Valencia en fallas. La asignatura más importante es la de «Rentabilidad del aceite de fritura y aprovechamiento de posos y sedimentos», gozando de gran éxito entre una audiencia entregada.
También es importante destacar la garrulería patria que nos caracteriza y fruto de la especialización gastronomica, no tardaremos en ver camionetas llenas hasta los topes de foie, de carrilleras estofadas en vino tinto o de coulants de distintos sabores.
A todo esto, la tele va a contribuir con un nuevo programa para que nos lancemos todos a comer en food trucks sin mirar pelo y tarde o temprano lo que fue un sueño romántico para muchos acabará en «foodtruñismo», al tiempo. El primer programa ya demostró algo de lo que comento, parejas de amiguetes que alquilan una furgo para cocinar lo que les sale tan rico en casa, generando un buen negocio para el que las alquila.
Desde las corporaciones locales se controlarán los espacios destinados a este fenómeno y si no me equivoco ocurrirá como con las terrazas urbanas, sinsentido tras sinsentido donde el amiguismo campará a sus anchas. Si no que me expliquen por qué en muchas ciudades hay calles invadidas por mobiliario exterior donde cuesta pasear y otras donde hacen caso omiso a las peticiones sensatas y coherentes de hosteleros profesionales.

No nos carguemos el fenómeno Food truck, hagamos una sola distinción como dice Bernd Knoller: Solo hay dos cocinas, la buena y la mala.

Aquí os dejo un buen ejemplo, desde Alicante: La picadora

La picadora Comida gastrocallejera

La picadora
Comida gastrocallejera

Nacho Lurbe
UNIPROONTHEROAD

Leave a Comment.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.