La lealtad

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Vivimos tiempos difíciles, y no, no me refiero a lo económico, me refiero a la escasez de valores que vemos alrededor. Habrá quien diga que siempre ha sido así, quizá, pero eso no quiere decir que no haya que romper moldes y cambiar lo que está mal.
Estoy cansado de leer comentarios de restauradores quejándose de la falta de respeto que supone reservar una mesa y no acudir ni tener la decencia de anularla, tienen toda la razón, pero ¿acaso todos ellos proceden de la misma manera con sus proveedores o trabajadores? Seguro que en algunos casos no.
Pondré un ejemplo, restaurante con un gran reconocimiento a nivel nacional e internacional, premiado con estrellas, soles y constelaciones. Me piden insistentemente que me desplace allí para uniformar a la plantilla, por supuesto corriendo yo con todos los gastos de desplazamiento y alojamiento, algo que ellos exigen a la primera de cambio para moverse de sus casas. Está muy lejos, demasiado, aunque los oropeles que atesora hacen que me plantee la cuestión. Finalmente decidimos mutuamente el envío de muestras físicas por agencia de transporte con la condición de que las devolverían por sus propios medios en la mismas condiciones en que las recibirán. Pasa un mes y no dan señales de vida, pasa otro y se las reclamo amistosamente, entiendo que hayan elegido otra opción, visto ahora desde la distancia casi hasta lo agradezco. Sigo sin respuesta. Pasan tres meses y viendo que no hay intención de devolver las muestras las facturo y envío la factura por correo electrónico. Aceptan la factura y me la pagan dos meses después sin un mísero mensaje de disculpa por las molestias, parece que no las merezco.
Ahora digo yo, ¿que potestad pueden tener estas personas para quejarse cuando les cancelen una mesa? Ninguna.
Los proveedores podemos ser grandes aliados de nuestros clientes, parece que lo olviden, somos grandes prescriptores. A mi personalmente me pregunta muchísima gente donde comer cuando están por Valencia y provincia. ¿Donde les voy a enviar? ¿a sitios que gocen de buena cobertura mediática o a sitios que se hayan ganado mi respeto?
Porque no nos olvidemos, de la misma manera que me gano el respeto de mis clientes espero lo mismo de ellos. Y cuando digo lealtad no digo que me compren todo a mi, sino que no me engañen, que no me busquen solo cuando tengan una urgencia porque saben que se la resolveré, que no vengan a mi tienda solo a hacer fotos de productos que buscarán por otro lado, que no me utlicen solo para aprovechar mi agenda de contactos, que no me devuelvan un artículo sin al menos haber preguntado antes, que si hacen un pedido por WhatsApp como mínimo, aunque sólo sea por educación, saluden y muestren un mínimo de interés, en definitiva que no traicionen a otras personas porque entenderé que cualquier día me pueden traicionar a mi.

Lo que desconocen este tipo de personas es que la honestidad genera relaciones comerciales duraderas y satisfactorias para ambas partes, que la relación proveedor/cliente no tiene que basarse solo en la cantidad sino en la calidad, que la nobleza no es solo un título nobiliario.

Por todo esto estoy listo para ejercer el derecho de admisión en Unipro. Vamos a vetar la entrada a la tienda a todos aquellos que sean yonkis del engaño y la deslealtad.

Nacho Lurbe
UNIPROONTHEROAD

1 Comments

  1. Mi negocio, cuando recién aperture estaba buscando personal, como había un anuncio en el local se acerco un chico que estudia en esta institución, primero parecía un cordero obediente, al muy poco tiempo, se mostraba molesto ante las exigencias normales de un trabajo, no demostró los conocimientos que tanto hablaba, le intereso mas amenazar y decir demandaba cuando el ni cumplía 8 hrs diarias, no demostró habilidad, ni conocimientos culinarios, pero la ley federal del trabajo se la sabia mejor que la receta de un fondo, siempre he pensado hay dar una oportunidad esta institución demostró la calidad de su alumnado, con uno.

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