La velocidad y el tocino

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 bandera-galicia-luto-2La velocidad y las ansias por tener todo al momento marcan nuestra vida. No importa el resultado, a veces solo importa la rapidez con que se consiguen las cosas. Vamos por la calle corriendo, metidos en nuestro mundo, acelerados sin pensar si es necesario tanto derroche de energía para conseguir cosas materiales o justificaciones a las cosas que ocurren. Pasó con la crisis, todos echábamos la culpa al sistema, al mismo al que nos habíamos agarrado cuando las cosas iban bien, había que buscar un culpable y en el gobierno lo encontramos, con mucha razón casi siempre, es verdad, pero no siempre lo ajeno es el motivo de nuestras desgracias.

Esta reflexión me viene a la cabeza tras leer y escuchar en múltiples medios todo lo que se está diciendo sobre el terrible accidente de tren de Santiago, y la criminalización del maquinista. Vaya por delante mi pésame a todos los familiares y amigos que hayan perdido a alguien, así como a la persona que conducía el tren, no olvidemos lo que es, una persona que se puede equivocar como cualquiera de nosotros y que hoy es un muerto en vida.
¿Nos hemos parado a pensar que pasaría si nuestro tren, nuestro avión o nuestro autobús llegase 10 minutos tarde a su destino? Solo con un retraso de diez minutos bastaría para enervar a casi todo el pasaje. ¿Y como se consigue esa puntualidad que cada vez exigimos más? Pues con velocidad. Seguro que todos hemos visto autobuses por las ciudades a unas velocidades por encima de lo aceptable. Pensemos que cualquier incidencia puede retrasar un viaje, que a veces perder unos minutos contribuyen a ganar una vida. El mundo no depende de nosotros ni de nuestro tiempo para seguir girando, lo hace solo.
Y que conste que no estoy haciendo un juicio ni defendiendo a nadie, las autoridades se ocuparán de ello, pero seamos conscientes que nosotros con nuestras prisas somos culpables de contribuir a la creación de una sociedad estresada, donde las prisas a veces pueden traer fatales consecuencias. Hay que interiorizar que las cosas necesitan su tiempo y que este puede verse afectado por múltiples factores.

¿Y que tiene que ver el tocino con la velocidad?
Pues mucho. En la alimentación caemos en los mismos errores, yo el primero.
– No respetamos los tiempos necesarios para gozar de una alimentación sana y equilibrada; olvidamos que la estacionalidad de los productos nos garantizan una calidad de primera, y que cuando no hay alcachofas pues se comen espinacas o lo que sea de temporada. ¿Por qué voy a comer fresas insípidas todo el año si puedo comer fresas sabrosas durante un periodo de tiempo?.
– También nos empeñamos en acelerar procesos, y no está mal, pero que la premisa sea la calidad, no el ahorro de tiempo o el beneficio directo. ¿Por qué voy a utilizar verdura congelada cuando el único ahorro va a ser un poco de tiempo y voy a perder calidad?
– Que la tecnología la tenemos que dominar nosotros y no ser dependientes de ella, está muy bien una cocción a baja temperatura en un Roner, lo programo y me despreocupo, pero, si se estropea la máquina, ¿sería capaz de hacerlo al modo tradicional?
Hay una herramienta que es genial para todo esto:

Preguntarse las cosas. Una pregunta bien hecha puede conseguir grandes resultados. Yo, sin ir más lejos mientras escribo estas líneas me pregunto si estoy haciendo algo mal en mi vida, la respuesta es SI y lo se, así que tengo que arreglarlo.

 

Feliz día y recordar:

 

KEEP CALM
       AND
……………………………………..

 
 

Nacho Lurbe
UNIPRO ON THE ROAD

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