Sin ánimo de vender

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El mundo comercial es complicado, es duro, incluso a veces puede llegar a ser desagradable. Cualquiera que tenga que salir a la calle a vender sabrá de qué le hablo y no me refiero a cuanto puedes vender sino como vendes y el nivel de satisfacción que consigues con tu trabajo. La tan temida puerta fría puede ser la peor de tus pesadillas si no la tomas como lo que es, un obstáculo más donde aprender cómo se abre la siguiente puerta.

La puerta fría también se puede extrapolar a un restaurante, muchas veces un cocinero no conoce a quien tiene sentado en las mesas, no sabe de sus gustos, si ha tenido un buen día, si está predispuesto a disfrutar, ahí es donde tiene una oportunidad de crear una conexión con el cliente.

En la calle, hay muchos comerciales que van de aquí para allá como almas en pena, sin ganas, con la presión de unos objetivos que muchas veces no se cumplen. Las caras largas y anodinas frenan más que una puerta cerrada, una actitud negativa puede echar por tierra un buen producto. De nada sirve que tengas lo mejor del mundo en tus manos si no eres capaz de darle el protagonismo que merece y para eso no hace falta relatar las bondades del producto como si fueras un folleto explicativo, hay que darle vida, hay que contar una historia que empatice con el cliente, para lo otro ya hay mil como tú haciendo lo mismo, ¿por qué se van a fijar en tí?

Gastronoma_unipro

David García sin ánimo de vender en Diverxo

Pero todo cambia cuando sales a la calle sin ánimo de vender. Si, sin ánimo de vender como dice mi amigo David García  de Gastronoma, aunque con la intención de buscar soluciones para tus clientes. Cuesta ponerlo en práctica,  lo reconozco, más aún cuando los compromisos con tus proveedores no pueden esperar, cuando desayunas marrones a diario, cuando las circunstancias ocultan tu mejor cara, cuando las rutinas te atrapan. Pero siempre hay lugar para una charla, un café, un encuentro con tu cliente lejos de su hábitat, es ahí donde se crea esa conexión que es difícil de perder.

Si eres cocinero ¿por qué no puedes hacer lo mismo? acude a eventos a venderte, no tengas miedo en ir a sitios que estén alejados de tu rutina, es ahí donde encontrarás los mejores clientes, al final no somos profesionales, somos personas con necesidad de relacionarnos con otras personas. 

Y todo sin ánimo de vender, recordando que si eres bueno en tu trabajo tu eres el menos indicado para decirlo, si crees que trabajas más que nadie acabarás cocinando para tu ego, si confundes un diálogo con un monólogo estás perdido, si obvias la empatía y la humildad acabarás llamando a puertas tan heladas como tu corazón.

 

 

Nacho Lurbe

UNIPROONTHEROAD

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