Crecer o vivir

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Crecer o vivir, esa es la cuestión. Esa reflexión vino a mi cabeza después de presentar los talleres de Vicente Patiňo y el del tándem Germán Carrizo/Carito Lourenco.
Viendo la evolución de cada uno y las distintas metas pude apreciar una gran diferencia en el enfoque de sus vidas, me explico.

Crecer

Nacho Unipro, Germán Carrizo y Carito Lourenco en Gastrónoma 2013

Nacho Unipro, Germán Carrizo y Carito Lourenco
en Gastrónoma 2013

Germán y Carito, Carito y Germán. Una pareja, un equipo, un tándem empeñado en crecer, en desarrollar todo lo aprendido, que es mucho; en compartirlo con los demás, empeñados en que conozcamos su trabajo, empeñados en crear y difundir.

Son un par de argentinos afincados en España a los que hace tiempo sigo la pista. Los vi en el restaurante submarino, los vi en El Poblet en Denia, los vi en un restaurante con el nombre tan largo, tan largo que cuando terminabas de leerlo se te había pasado el hambre (Restaurante como quieres que te quiera), los vi en unos cursos de cocina, en el reto solidario, en eventos en los que la cebolla es la reina; ahora los veo de nuevo en Valencia, en El Poblet y en Vuelve Carolina, a veces creo que hasta los veo en sueños.
No se si habrá creyentes aquí, da lo mismo, ¿sabéis que regaló dios a los argentinos? Maradona y el psicoanalisis. Menudos regalos.
Germán, como buen argentino, regatea en las cocinas como nadie, sabe crear equipos como nadie, mete goles todos los días en Vuelve Carolina y El Poblet, tiene a su equipo en la retaguardia siempre atentos. Como buen argentino es un futbolista en los fogones, pura energía,explosivo como el «pelusa». Carolina es el contrapunto, la cordura, la sensatez, la estrategia.
Y ahora diréis, ¿y el psicoanalisis? Germán y Carolina analizan todo lo que hacen, están constantemente en modo prueba-error, dice Germán que hasta durmiendo piensa en la cocina. Doy fe que no paran un minuto, me invitaron un día a una sesión de Brainstorming en el restaurante ¿sabéis lo que es? una lluvia de ideas para sacar nuevos platos, pues yo sigo pensando combinaciones de ingredientes desde entonces. No puedo parar.
Os daré un consejo, nunca le pidais a un argentino que os explique algo, estais perdidos si lo hacéis.
Imaginar que le preguntáis ¿como tiene que quedar esta crema de boniato?
Un cocinero español te diría cremosa, si es gallego te diría ni muy espesa ni muy líquida, pero un argentino te dirá «vos tenes que conseguir una textura fluida, mantecosa, que cuando pasés la espatula oigas el sonido de las burbujas que se crean al batir, como las olas al romper en la orilla»
Son tremendos estos argentinos.
Y siguen creciendo y creciendo, su juventud les da valentía, su actitud energía y su enfoque vital les impulsa a evolucionar hasta el infinito y más allá.

 

Vivir

Vicente Patiño, Nacho Unipro y Luis Asensio  en Gastrónoma 2013

Vicente Patiño, Nacho Unipro y Luis Asensio
en Gastrónoma 2013

Vicente Patiňo ha pasado por muchas fases en su carrera gastronómica acumulando méritos y premios, ha pasado de ser reconocido a nivel nacional a ser engaňado por socios sin escrúpulos, de saborear las mieles del éxito a preguntarse qué hacía mal cuando pilotaba un negocio que tardaba en arrancar, de ser cocinero revelación a liderar proyectos luchando contracorriente.
Se podría decir que Vicente tiene alma de Cuiner, ya lo dije cuando presenté su taller en Gastrónoma. Vicente es Cuiner por tradición (su madre lo era), es cuiner por devoción (siempre quiso serlo), es cuiner porque es valenciano, de XATIVA para ser más exacto.
Ha trabajado incansablemente para sacar adelante proyectos como la cocina del malogrado hotel Buenvista de Denia, el desaparecido restaurante Sal de mar también en Denia, el restaurante Óleo que tantos quebraderos de cabeza le dió, y le sigue dando, sobre todo al ver en televisión a los artífices del desmantelamiento del restaurante. Para quien no lo sepa, el restaurante fue desmantelado con premeditación y alevosía un día de descanso. Los que ahora salen en la tele se llevaron hasta las chaquetillas de Luis (su mano derecha). Esos que presumen de llevar una vida de lujo vendiendo coches caros no dejaron ni un mísero cuchillo en el local, imaginar la cara de sorpresa del personal cuando fueron a trabajar y vieron que todo había desaparecido. Y lo mejor es que están en un programa cultural, inteligente, divulgativo, a la altura de su categoría, uno de esos programas diseñados para intelectuales; el padre y el hijo se disponen a buscar pareja, pobres incautas (incultas ya lo son) las que van a «¿quien quiere casarse con mi hijo?», no saben dónde se están metiendo. Después del episodio de Oleo su regreso fue por la puerta grande, tan grande como una embajada, Restaurante La Embajada. Una vez más, aunque antes de que se deteriorasen las relaciones laborales, decide cambiar de rumbo. Su próximo destino será un proyecto personal, sencillo, con alma, donde podrá cocinar como quien lo hace para sus amigos. Como lo hace Miquel Ruiz en el Baret de Miquel, de quien siguen bebiendo tantos grandes cocineros. Será un proyecto con mucha personalidad, la de un setabense que quiere vivir.

 

Si queréis conocerlos no deberíais perderos el curso-cena de Tándem Gastronómico y Vicente Patiño, os dejo el enlace.

Nacho Lurbe
UNIPROONTHEROAD

1 comentario

  1. Estoy inhibido de opinar soy padre y suegro, si de Germán y suegro de Carito, ambos insisto viven y respiran cocina, abrazos.

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