– ¿Fuga de cerebros? Hay fuga de clientes y es porque estamos en crisis, ese es el problema de la hostelería – sentenció un conocido restaurador.
– ¿Tu crees? ¿No crees que hay fuga de cerebros? ¿Crees que es por eso? – respondí inmediatamente harto de oír siempre las mismas excusas – ¿No será porque aquí hay mucho sinvergüenza disfrazado de hostelero?
– ¿Tu crees? ¿No crees que hay fuga de cerebros? ¿Crees que es por eso? – respondí inmediatamente harto de oír siempre las mismas excusas – ¿No será porque aquí hay mucho sinvergüenza disfrazado de hostelero?
– No creo, el problema es que no hay clientes, y los pocos que hay cada vez gastan menos.
– ¿No será que aquí hay mucho sinvergüenza disfrazado de hostelero y eso hace que haya un exceso de oferta?¿No crees que la mitad deberían estar fuera del negocio?
– Mira, siempre se nos acusa a nosotros de que somos unos ladrones, pero no se dan cuenta que las cosas tienen un precio y mantener un restaurante es muy caro.
– Que sí, que sí, pero ¿no crees que un chaval no se iría al extranjero a trabajar, con lo que ello conlleva, si aquí se le pagase al menos lo justo?
– Lo que no puede ser es que solo piensen en lo que van a ganar, tendrían que pagarnos por enseñarles.
– Faltaría más, yo te enseño, tu me sacas el trabajo que yo cobraré pero no te doy ni un euro, y encima me pagas. ¿A eso te refieres? – le respondí.
– Hombre si lo pintas así, pues no. Pero ahora yo enseño a un chaval, invierto mi tiempo y luego a los dos días se me va.
– ¿Puedes llevar tu solo el restaurante?
– No
– Pues entonces necesitas personal, y si necesitas personal pues lo que tienes que hacer es pagarle como mínimo lo correcto y luego tratarle bien para que no se vaya.
– Pero si le enseño todo luego corro el riesgo de que me monte un restaurante cerca y me haga la competencia.
– ¿Eres el único que hace esto? Si tan auténtico eres no te preocupes porque te podrán imitar pero nunca copiar. Te contaré algo: He visto cocineros que han dado la vida por la empresa y los gerentes hacían propios los méritos conseguidos; he visto cocineros llevando una cocina que han dado la cara por unos proveedores y se han sentido avergonzados muchas veces por la falta de pago de sus jefes; he visto dueños de restaurantes comiendo a la carta con sus amigotes cada día en su restaurante mientras en la cocina trabajaban bajo mínimos y comían de pie; he visto planes de escape en las cocinas para que en caso de inspección no pillasen a los que no tenían contrato (algunos hacían hasta simulacros); he visto a inútiles hijos de papá a los que les han montado el restaurante con equipamientos carísimos que no serían capaces de amortizar ni en 10 de sus vidas; he visto de todo así que no me cuentes milongas. ¿Tu que harías si trabajases en esas condiciones?
– Bueno – dijo pensando una respuesta que no llegaba.
-¿Te irías a trabajar fuera o te quedarías?
– Hombre, me lo estás poniendo muy difícil.
– Te irías, estoy seguro. Y voy más allá, si después de irte y ser reconocido tu trabajo en otro país, vieses que la crítica continúa halagando siempre a los mismos menospreciando a compañeros tuyos que sabes que lo están haciendo muy bien. ¿Que pensarías? Pues lo mismo que yo, que en este país valoramos antes lo que viene de fuera que lo propio. Que pases un buen día.
Nacho Lurbe
UNIPRO ON THE ROAD
Todos estamos en crisis, es lo que escucho por desgracia desde hace tiempo pero me cansa que algunas personas no vean el esfuerzo, ganas y muchas cosas mas que tenemos la gente que queremos trabajar y damos en restaurantes que no son nuestros. Horas, profesionalidad y se aprovechan de este momento sin ver lo que aportas a su negocio y al final terminas por cambiar de trabajo y no lo entienden. Piensan que somos unos desagradecidos pero no se acuerdan de lo que aportas.
Reflexiones muy similares he hecho conmigo mismo y a veces con otras personas.Sobretodo esos dias que decides cerrar un restaurante porque seguir abriendo la puerta cada dia se hace económicamente imposible y con una ilusion truncada después de cinco años luchando y currando jornadas interminables y durmiendo entre el rebaño de las famosas ovejitas que alguna noche todos hemos contado. Siempre terminaba con la pregunta: ¿Por qué si no son hosteleros se montan un restaurante? ¿por qué no montan una perfumería? Es un negocio que es infinitamente más fácil de llevar. ¿Lo hacen para montarse las comilonas con los colegotas y fardar de restaurante?
Estoy contigo Nacho. No es la misma ilusión la que ponemos nosotros que la de los pastosos. Esto es una de las cosas que han podrido el mundo de la hostelería en este pais, un oficio con dobles jornadas (16horas de curro seguido), sueldos por debajo de los mil euretes, vacaciones dudosas, y tal, y tal…
Por donde empezar? La mierda cuanto mas se mueve mas huele. Quizás deberíamos convocar a Batman para que repartiera unas cuantas leches. Son ya muchos años de oficio y siempre (salvo contadas excepciones) es la misma historia. Lo siento, pero como cualquiera se puede montar un negocio de hosteleria pues luego nos encontramos lo que nos encontramos y ya si eso dejamos lo de la «supercheffitis»para otro día u otro blog, que ahi también habria mucho de lo que hablar.
Siempre la misma historia. Contratos precarios, horas y horas, cocinar bajo minimos, y encima estar agradecidos……