Vida de mercado

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Llegar a casa después de vender tu vida al asfalto te hace fuerte ante cualquier cosa, porque eso es lo que hacemos: vender nuestro tiempo, vender nuestro día a día, intentar conseguir que a quien vendemos se sienta orgulloso de nuestro empeño, de nuestra fuerza, de nuestro trabajo.
Abro el correo y me encuentro algo que debo leer un par de veces, no creo lo que ven mis ojos, es una confesión de alguien a quien conozco bien, alguien a quien aprecio al igual que a muchos de los que me encuentro por el camino. Me extraña el hecho de que lo haya enviado por otro medio distinto al habitual, ¿a quien quieres engañar? Se quien eres pero no entiendo el sentido, estoy desconcertado, un escalofrío recorre mi cuerpo conforme leo el contenido, me encuentro de repente ante un gigante con el alma desnuda, intento entender como unas manos curtidas en el duro trabajo de un mercado pueden guardar esa sensibilidad, y ahí está, ante mí, mediante unas palabras que se dibujan con desgarro, con un dolor que nace de la pasión, esperando quizá que duelan menos al compartirlas.
Necesito una explicación, tendré que llamarle.
– Ey que pasa nen? – Me dice nada mas descolgar seguido de un YO NO HE HECHO NADA entre risas…
– Vamos no fastidies – contesto – ¿que me has mandado?
– Te he mandado mi vida Nacho, lo que algunos por verguenza ocultan y lo que otros por orgullo prodigan.
– Sabes que voy a contarlo, ¿no?
– Lo se – respondo.
– Pero hay un pacto que debes respetar – me dice al otro lado del movil
– Sabes que respeto absolutamente todo y mi palabra se firma con sangre, ¿lo sabes no?
– Si, por eso te lo envio a ti, para que tengas la vida de uno mas en tu boligrafo…. Gracias Nacho. No quiero que me nombres ni a mi ni a mi negocio, quien me conozca sabra quien soy, quien no: asi quiero que siga.
– Asi es como lo pides y asi será.

24 de febrero de 2014 0:02

Yo he nacido aquí, aquí he crecido y aquí vivo y si Dios quiere, siempre por delante, aquí moriré, porque “per a ser puta i anar en bicicleta millor deixar la figa queta”… Eso es lo primero que te pasa por el oído al cruzar el pasillo central a las 06:40 horas, es Carlos, a los 13 ya descargaba naranjas con su padre. Para mí no existían las marmitas ni los rondones, eran peroles, no distinguía entre acero y aluminio, era el hierro que tanto costaba de limpiar luego.
En esta profesión hay mucho galardón, pecho firme y mirada alzada, para mí todo se reduce a una frase que una vez escuché a mi abuelo: “el éxito de la venta es quien está detrás del acero, eso te dará de comer”, recuerdo que se lo decía a mi madre mientras contaba montañas de monedas de duros en la mesa del comedor de casa de la abuela.IMG-20140324-WA0007491585928 No hay más éxito asegurado que 90 euros de caja un miércoles, no hay mayor satisfacción que veas en el móvil “Tere loro llamando….” Porque así la llamo yo, se lleva “cuarta y mitad” de spaghetti para ella y “un puñado, unos 100 gramos nene…” para su loro.
A las 5:30 de la noche, porque aquí no hay madrugada que valga, es noche y punto, hace mucho frío en Enero, un frío devastador, y si encima llueve, es lo peor, porque los del mercadito del Lunes no saldrán y no habrá movimiento…. Bueno, esperemos que “descampe…” como dice Rocío, una chica que lleva toda la vida en el mercado, no esta muy acabada, de esas que hablan solas por la calle, pero como dicen: “ ….de terapia los traen a todos al mercado….” A eso de las 10:00 oyes el primero, es como los chupinazos: “….ale Mariaaaaaaaaaaano….” este es Pepe y su lenguaje en clave, cada vez que pasa una maciza oiréis eso…. En este tipo de oficio hay muchos tipos de cocineros como bien explicó una vez mi amigo Nacho, yo creo que soy de los últimos de esa lista, pero sin duda, el más contento. Trabajar aquí es trabajar en la cima del mundo. Es el reflejo del esfuerzo, del sacrificio, de ver como después de 41 años de trabajo, a Carmen, que vende sus propias lechugas y tomates, sin pegatinas de “ecológico” ni chorradas de esas, una mañana del martes su marido Antonio cuelga un cartel de CERRADO POR ENFERMEDAD porque él mismo con lágrimas en los ojos se acerca a decirte que a su mujer le ha dado un “ictus”… No sabes ni que decir, pero sobre todo, no sabes que decir cuando lo ves que sigue a la mañana siguiente montando con su hijo, entonces: ayer Toni ¿estaba cerrado por enfermedad y hoy ya está bien? No, ayer es que la llevamos al hospital, pero allí no podemos hacer nada y aquí hay mucha gente a la que atender…
Alguien me dijo una vez que la cocina no era más que mezclar ingredientes en un recipiente de forma dispar para conseguir que todos ellos formen una única pieza de aroma, forma y sabor, caliente o fría. Para mí, cocinar es elaborar con cariño y amor tal y como me enseñaron, ya sea uno o varios ingredientes, hirviendo o salteando… lo que de verdad importa es cuando alguien cara a cara se acerca y te pregunta: “¿los garbanzos los has cocido mucho hoy? Es que son para el arroz al horno….” Te lo preguntan a ti, no al metre o al camarero, ahí hay una persona que te pregunta cómo has cocido eso, esa persona mañana volverá o no, dependerá de cómo hayas cocido los garbanzos. Hacia eso del mediodía, se acerca Lola, lleva comprando aquí toda la vida, ya venía con su madre de niña cuando estaba la tienda en la calle Denia, me lo recuerda cada vez que viene. Hay mucha confianza depositada tras este nombre de patrona con alma de guiso, La Montserrat.
– ¿Que has hecho hoy?
– Hoy nada Lola, mis lentejas y mis garbanzos, ¿las alubias es que no te van no?
– Uy no, que luego hay unos pedos en casa que ni en Chernóbil nene… Ponme medio kilo de lentejas anda y caldito…bueno espera, ponme cuarta y media y mi marido que se joda y coma en el bar.
De estas cada día más y mejores….porque como dicen aquí: “mejor puta bien pagá que Santa y arrastrá….” Para mí, ese que sólo cuece lentejas, mi sueño se ha cumplido, aquello por lo que peleé se cumple con mayores o menores expectativas, pero yo soy feliz así…. Para los que lo sentimos es nuestra vida, es nuestra pasión y es lo que nos gusta, mientras siga habiendo gente que ame su trabajo, sepa que puesto ocupa y en qué lugar, la vida de un mercado será la vida de muchos de nosotros. Porque no lo he dicho aún pero yo, de 05:00 a 19:00 vivo en el mercado y de 20:00 a 05:00 duermo gracias a él.

 

Firmado:
El vendedor de un mercado cualquiera.

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